martes, 23 de agosto de 2011
Analizando...Conan, El Barbaro
Por las salas de cine se pasea chulescamente Conan, el Bárbaro, la historia de Cimerio más famoso de todos los tiempos vuelve a cobrar vida, pero esta vez no es el veterano Arnold, sino que es un joven actor que da la talla e interpreta su papel de manera correcta.
La película nos sumerge en una época de magia y espada en la que el mundo está asolado por las guerras, y en el fragor de la batalla nacerá Conan, un hombre que ha nacido para matar. Pasaremos a descubrir una pincelada sobre su niñez y sobre las maneras que ya tenía para el combate, terminando esta época de su vida con un suceso que le marcara cuando sea mayor, la muerte de su padre. Dicho esto nos presentan un Conan adulto, curtido en mil batallas que busca venganza, pero no es capaz de encontrar a dicho hombre.
La esencia de la película no varía respecto de la original, adaptándola a los tiempos que corren, la caracterización de los personajes es correcta y en algunos casos sobresalientes, las escenas de acción cumplen su cometido sin sorprender, ni llegar a un nivel visual superior, aunque tendríamos que destacar el nivel de sangre, que es considerado para lo que nos tienen acostumbrados, y bastante resultón. En cuando a las localizaciones generadas por ordenador son bastante visuales, pero parecen demasiado falsas o artificiales mas dadas en una producción televisiva.
Intentan dar un toque de magia que se queda en eso, en un toque que no acaba de cuajar, tanto por sus podres efectos en el caso de los guerreros de Arena, como en la cámara confusa y rápida de la bestia Acuática del Foso.
Toda ella en conjunto cumple con un único cometido, entretener, dando la sensación de ser un primer contacto algo pobre con el público para dar pie a una franquicia que iría ganando fuerza.
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